Cómo acabar con el hábito de ladrar constantemente de tu perro

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Si quieres que tu perro deje de ladrar en exceso, primero debes averiguar cuál es la causa de su comportamiento. Una vez encontrada la causa, puedes empezar a atajar el problema de los ladridos. Aquí hemos reunido algunos consejos.

Ya sea debido a la raza, al aburrimiento o al miedo, los ladridos excesivos pueden tener muchas causas diferentes.

Si los ladridos constantes están relacionados con la raza: así puedes detenerlos

Algunas razas de perros simplemente ladran más a menudo que otras y disfrutan con ello: permíteles que lo hagan, pero con moderación. En el mejor de los casos, puedes hacer que callarse a una orden sea tan agradable para tu perro como ladrar.

Si a tu perro le gusta empezar a ladrar en cuanto suena el timbre de la puerta, puedes probar lo siguiente: Tres ladridos están bien, luego dile “Shhh” u otra orden que utilices para silenciarlo, si quieres librarle de los ladridos indeseados.

Si se calla, elógiale a conciencia, pero con calma, para que no se sienta animado por la excitación a ladrar de nuevo.

Si vuelve a ladrar, juega otra vez al mismo juego: elógiale en cuanto haya escuchado tu insistencia. Pronto lo entenderá.

Es importante que seas paciente y no regañes a tu mascota cuando ladre. Entonces no entenderá que estás enfadado con él y mucho menos por qué. En cambio, percibe tu voz alta como un ladrido por tu parte e incluso puede sentirse validado.

Cuando el perro ladra por alerta o aburrimiento

Un perro poco activo que ladra por aburrimiento necesita un cambio de ritmo y mucho ejercicio. Llévale a dar un paseo extra largo antes de irte a trabajar y déjale solo. Si tiene unas ganas especialmente fuertes de moverse, sácalo en bici y varía la ruta.

Los deportes caninos como el agility también consiguen que tu amigo de cuatro patas prefiera echarse una siesta en lugar de ladrar por aburrimiento cuando se queda solo en casa durante unas horas. Sin embargo, este deporte de ritmo rápido no es adecuado para todos los perros.

Si tu amigo de cuatro patas tiende a ser hiperactivo y prefiere entusiasmarse que agotarse con el agility, son más adecuados para él métodos de adiestramiento más tranquilos que desafíen su concentración y apelen a sus finos sentidos, por ejemplo, el degility, la obediencia, el trick dogging, la danza canina o el trabajo de olfato.

A un perro que ladra por vigilancia ante cualquier ruido en el hueco de la escalera no debería permitírsele vigilar directamente delante de la puerta principal: si tu pasillo puede cerrarse con una puerta intermedia, ciérrala y deja a tu perro en la sala de estar, donde puede oír menos lo que ocurre fuera.

También puedes dejar la radio encendida si quieres quitarle el hábito de ladrar, ya que así se tranquiliza y se asegura de que los pasos en el pasillo no son el único ruido que oye.

Ladrar por miedo e inseguridad

Si un perro es inseguro y ya da la voz de alarma cuando pasa un simple corredor, debes darle seguridad. Llévalo con correa, deja que camine a tu lado e ignora su comportamiento. De lo contrario, estarás practicando inadvertidamente el refuerzo positivo y recompensando a tu perro por su comportamiento temeroso.

Esto también ocurre cuando tú, por compasión y con las mejores intenciones, quieres consolar a tu querido y hablarle tratando de calmarlo con una voz consentidora. Entonces él creerá que tiene motivos para tener miedo, cuando incluso su amo ve motivos para desescalar la situación.

Si, por el contrario, te comportas como si no pasara nada, tu perro se dará cuenta de que no hay motivo para enfadarse y se calmará.

Ladridos constantes: ¿Cuándo es necesaria la ayuda profesional?

Los deportes para perros no sólo evitan que tu amigo de cuatro patas se aburra, sino que también refuerzan el vínculo entre tu perro y tú y le hacen sentirse seguro contigo. Lo mejor es que acudas a un adiestrador canino para que te ayude a acabar con el hábito de ladrar de tu mascota ansiosa, aburrida o sobreprotectora. Esto es especialmente cierto si no sabes por qué ladra tanto tu perro.

Si tu fiel cuadrúpedo ha empezado a ladrar tanto hace poco, aunque suele ser un perro tranquilo, una visita al veterinario no le hará ningún daño. Es posible que tu perro esté enfermo y quiera comunicarse contigo ladrando.

Si el veterinario no ha encontrado ninguna dolencia física, además del adiestrador canino puede ayudarte un psicólogo de animales. Sabe mucho sobre el comportamiento canino y, hablando contigo y pasando tiempo con tu mascota, tal vez pueda encontrar causas de su comportamiento indeseablemente ruidoso que hasta ahora te han permanecido ocultas.



Recuerda, nuestros consejos están basados en literatura y experiencia con las diferentes razas de perros. Es importante que consultes con tu veterinari@ y con escuelas y/o entrenadores en las cercanías de tu lugar de residencia para tener un trato más personalizado y específico sobre tu perro.

Libros y Fuentes

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