Si es posible, no se debe separar a los cachorros de su madre antes de que tengan ocho semanas, pues aún aprenden mucho de ella.
Los hermanos y otros perros también son importantes en esta fase, para que el pequeño amigo de cuatro patas aprenda el comportamiento social típico de los perros.
Sin embargo, el contacto humano también es necesario para que no se vuelvan tímidos con la gente más adelante.
Cuando aún son muy pequeños, los cachorros aprenden de su madre lo que significa la confianza básica. La seguridad y la protección que la madre perruna ofrece a los pequeños son los mejores requisitos para que los cachorros se conviertan en amigos de cuatro patas seguros de sí mismos, tranquilos y estables. A medida que crecen y se hacen más independientes, necesitan a su mamá y a los demás perros de su manada para aprender el comportamiento social y la comunicación.


Los cachorros aprenden el comportamiento social en familia
Los cachorros que han sido separados demasiado pronto de su familia canina y de su mamá suelen ser más ansiosos e inestables que sus congéneres. Por ejemplo, muestran una gran inseguridad hacia otros perros porque no han tenido tiempo suficiente para aprender el lenguaje canino. Jugando con sus hermanos y su madre, y posiblemente también con otros animales adultos de la manada, los cachorros practican el uso correcto de su fuerza y sus habilidades.
Aprenden lo que se conoce como inhibición de la mordedura, por ejemplo, durante los juegos bruscos, cuando sus hermanos o su madre chillan en cuanto les duele e interrumpen el juego. El pequeño granuja comprende entonces que no debe morder tan fuerte si quiere seguir jugando.



Además, durante la fase de socialización a partir de la cuarta semana de vida, los cachorros aprenden elementos importantes de la comunicación entre congéneres, como la diferencia entre agresión y juego, las señales de apaciguamiento y las normas de jerarquía.
Ponen a prueba los límites y comprenden rápidamente cuándo han ido demasiado lejos, porque entonces son reprendidos sistemáticamente por los perros adultos.
El periodo más importante de socialización se completa en torno a las ocho semanas de edad, pero los cachorros siguen aprendiendo los detalles de la comunicación, las normas de comportamiento y la interacción social hasta que tienen unas 16 semanas.
Los perros jóvenes también necesitan el contacto humano
Sin embargo, los cachorros que sólo han crecido entre los suyos siguen siendo algo salvajes y tímidos con las personas. Aunque más adelante pueden acostumbrarse a la gente, tardan un poco más y requieren mucha paciencia. Por eso es aconsejable presentar a los cachorros a personas diferentes en cuanto empiecen a explorar su entorno, es decir, a partir de la tercera o cuarta semana de vida.



Si sólo conocen al criador, es posible que sólo confíen en él y sean tímidos con otras personas. Por tanto, tiene sentido presentarles a otros amigos de dos patas, con calma y sin excitación. Así aceptarán a las personas como parte normal de sus vidas. Por regla general, los cachorros se entregan entre la octava y la décima semana de vida, como muy tarde a las doce semanas.
Para entonces ya han aprendido suficiente comunicación canina de su familia como para comunicarse con otros perros, pero aún son lo bastante jóvenes como para acostumbrarse a su nuevo jefe de paquete, es decir, a ti, para aprender las órdenes básicas y todo lo demás que necesita saber un perro bien educado.

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