Cuando la carne cruda, los despojos, las verduras y los aceites acaban en el cuenco de tu perro, se llama BARF. Aunque este método de alimentación se considera apropiado para la especie y natural, no está totalmente exento de controversia. Pero, ¿cuáles son los pros y los contras de alimentar a los perros con carne fresca?
Cuando se trata de nutrición canina, las opiniones difieren. Esto también se aplica al BARF. BARF son las siglas de bone and raw foods, que se traduce como huesos y comida cruda y en inglés también llamado raw feeding. El nombre lo dice todo. Porque si alimentas con el método BARF a tu perro, lo alimentas con comida cruda. Esta dieta se basa en el comportamiento alimentario de los lobos, de los que se sabe que descienden los perros.
La carne cruda y los despojos son los ingredientes principales de la dieta de tu fiel cuadrúpedo. Se complementan con verduras y aceites. Alimentar a los perros con carne fresca tiene sus ventajas, pero también algunos inconvenientes. ¿Cuáles son? He aquí un resumen.
La carne fresca es un método de alimentación sin conservantes, aromatizantes ni potenciadores del sabor. A diferencia de la comida precocinada, sabes exactamente lo que acaba en el cuenco de tu perro.
Es más, incluso puedes personalizar la comida según las necesidades individuales de tu fiel cuadrúpedo. En otras palabras, si tu perro tiene una intolerancia, puedes excluir de la comida los ingredientes que le causan alergia.
Los dueños de perros que alimentan a sus mascotas con carne cruda también afirman que la alimentación con carne cruda garantiza un pelaje brillante, una flora intestinal más sana y menos olor corporal. Una posible razón de ello es que el perro sólo recibe lo que puede procesar, y además de carne, esto significa principalmente verduras y aceites para los nutrientes esenciales.
Sin embargo, los críticos también consideran una desventaja del BARF el hecho de que puedas preparar tu propia comida para perros. Se requiere mucha pericia y experiencia para evitar el sobrepeso, el bajo peso, los síntomas de deficiencia o la sobrealimentación.
Los que vomitan tienen que familiarizarse intensamente con la nutrición de sus fieles cuadrúpedos, lo que puede llevar más tiempo.
Sin embargo, los veterinarios y otros expertos pueden ayudar en esto. Pueden calcular las necesidades nutricionales individuales de un animal y elaborar un plan de alimentación. Todo ello teniendo en cuenta factores como el tamaño, la edad, el peso y el nivel de actividad del perro.
Los críticos del BARF también señalan que alimentar con carne cruda aumenta el riesgo de infección por bacterias y otros patógenos. No obstante, vomitar no es en absoluto tabú.
Es importante prestar atención a la calidad de la comida que le das a tu perro. La carne para vomitar debe ser fresca y procesada higiénicamente. Precaución: la carne de cerdo es una excepción. Los perros pueden contraer la rara pero mortal enfermedad de Aujeszky por la carne de cerdo.
Corresponde a cada persona decidir si ladra o no a su perro. El BARF es una forma de alimentación apropiada para la especie canina. Los propietarios informan de experiencias mayoritariamente positivas con este método de alimentación, siempre que se preste atención a la higiene, la frescura y, fiel al lema “La mezcla hace la diferencia”, a una dieta equilibrada. Así que no temas pedir consejo a un veterinario u otro especialista.
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