El Akita es un perro de carácter valiente y fuerte. Aunque tiene muchos rasgos buenos y fiables, no es un perro para principiantes – lee por qué aquí.
El Akita pertenece a una antigua raza canina de Japón y se incluye en la sección “Spitz asiático”. Como perro de cuatro patas muy inteligente e independiente, puede utilizarse para una gran variedad de tareas, pero también suele tenerse como perro de familia.

El Akita como perro de compañía y de familia
Su carácter imperturbable y resistente al estrés hace que el Akita sea muy fiable si ha sido bien adiestrado y socializado. Es un perro afable y amistoso, con un carácter firme, constante y paciente, que encaja muy bien en las familias si las condiciones básicas son las adecuadas.
Con su fuerte personalidad y su tendencia a la terquedad, el perro necesita un dueño que sepa imponerse. Si sus dueños son laxos, el Akita intentará burlar su jerarquía y poner a prueba sus límites. También se dice que muchos representantes de esta raza canina tienen tendencia a dominar.

Un carácter nada fácil
Por tanto, el Akita no es un perro para principiantes. El propietario debe ser capaz de reconocer exactamente cuándo el perro muestra un comportamiento dominante y detenerlo inmediatamente. Además, los instintos de caza y protección del perro requieren una atención especial, una persona que sepa cómo tratarlos y que pueda manejarlos cuando el amigo de cuatro patas se comporte de forma inesperada.
Su comportamiento dominante también puede manifestarse cuando el hermoso perro de Japón se encuentra con otros perros, de modo que pueden producirse roces. No suele ser temerario, sino más bien desconfiado de forma reservada: si un compañero baila sobre su nariz, no se dejará descolgar.



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