El Rottweiler no tiene un carácter muy fácil. En las manos adecuadas y experimentadas es un gran perro, pero nunca olvidará por completo sus instintos de guarda y protección.
El Rottweiler tiene un carácter despierto, inteligente y muy fuerte. Si está bien adiestrado y socializado, es un amigo leal y un protector cariñoso y afectuoso. Sin embargo, el hecho de que no sea un perro para principiantes se debe a su fuerza e instintos.
El Rottweiler: Un poderoso vigilante
El Rottweiler tiene un marcado instinto protector, guardián y de pastoreo, que corresponde a las tareas para las que se le ha utilizado desde el principio de su cría. Estas características no lo hacen fácil de manejar, pues aunque esté bien adiestrado, siempre conservará cierta independencia en su carácter.
Esto puede hacer que actúe de forma diferente a la deseada por su dueño. Por ejemplo, puede evaluar las situaciones de forma independiente, juzgar mal los peligros y empezar a defender a su amo aunque no sea necesario. Además, si un humano al que no conoce entra en la propiedad, puede sentirse mucho más incómodo que un perro cuyos instintos no incluyan el instinto de guarda.
Carácter dominante
El Rottweiler puede mostrar rasgos obstinados y de cabeza de toro, sobre todo si se le maneja de forma insensible. Además, los perros de esta raza, sobre todo los machos, suelen ser muy dominantes y tienen una seguridad en sí mismos casi inquebrantable.
El comportamiento agresivo, como ocurre con todos los perros, puede deberse a un mal adiestramiento, socialización o cría, y puede ser mucho más peligroso en un perro testarudo y fuerte como éste que en una mascota más pequeña criada como perro de compañía. Por eso es especialmente importante elegir un animal de una buena cría responsable y criarlo de forma competente y cuidadosa.
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